Desde la Ermita de la Virgen de Hontanares parte una pista asfaltada que sube hacia el mirador de Piedrasllanas por detrás del santuario. La pista nos conduce hasta un rellano (15), desde que accedemos a Piedrasllanas, un impresionante mirador que se asoma a la provincia de Segovia. Estamos a 1.487 m de altitud, en el extremo de la prolongación de la Sierra de Ayllón que cierra la cuenca del río Riaza.
Regresamos al rellano donde nos desviamos y giramos a la izquierda para cruzar un vallado por una portera. La senda desciende entre pequeñas reforestaciones de pino silvestre con robles aislados. Tras describir una curva pronunciada el sendero se hace más empinado y baja por el robledal hasta desembocar en un cortafuegos. Giramos a la derecha y avanzamos unos metros hasta desviarnos a la izquierda por otro cortafuegos. Seguimos los mojones de Monte Público hasta que el cortafuegos finaliza en el mojón MP94, frente a un campo de cultivo. Tomamos una rodera a la derecha, trazando una pronunciada curva, y pasamos sobre un arroyo. Enseguida dejamos varias roderas a la derecha y nos dirigimos hacia un claro en el robledal. Sobre las copas de los robles asoma la espadaña de la iglesia de Martín Muñoz de Ayllón, guiándonos en este tramo del recorrido. Bordeamos la finca por la derecha y nos incorporamos a una pista de tierra en la que giraremos a la izquierda en dirección al pueblo. Los arroyos del Espinar y de la Chorrera recogen el agua que desciende por las laderas de la Sierra y se encajan moldeando un paisaje agreste y sorprendente. La confluencia de ambos arroyos da lugar al río Vadillo. Entramos en el pueblo junto a la iglesia parroquial de San Martín de Tours y nos dirigimos a la plaza. Junto al pilón tomamos el camino que nos llevará hacia Becerril.
Descendemos entre los muros de piedra y cruzamos un vallado. A ambos lados el camino se levantan magníficos ejemplares de fresno cuyos troncos se entremezclan con los muros. Seguimos a media ladera hasta que tomamos una senda que parte a nuestra izquierda. Las vistas del escarpado valle que ha dibujado el Vadillo son magníficas. A nuestra derecha se incorpora una senda y poco después llegamos a una bifurcación que tomamos a la derecha. Inmediatamente cruzamos una portera para iniciar el descenso al río, rodeados de retamas y jaras. Cruzamos el cauce por un viejo puente de hormigón y continuamos aguas abajo hasta salir a una pista forestal que tomamos a la derecha. Tras superar un fuerte repecho la pista se bifurca y deberemos tomar el camino de la izquierda que va paralelo al arroyo los Hocinos. Cruzamos un reguero y poco después aparece la silueta de Becerril. Los tejados negros y los mampuestos de pizarras le dan un curioso aspecto, típico de los pueblos negros de la Sierra de Ayllón. Entramos por la Travesía de la Fuente y nos dirigimos a la plaza junto a la iglesia parroquial.
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